Historia del té: su origen y expansión

Historia del té

En casi todos los países asiáticos hay alguna leyenda que explica el origen del té. Una de las más famosas es budista y asegura que mientras meditaba bajo un árbol, Buda contempló los sufrimientos y graves problemas que enfrenta el hombre en su vida: tristeza, soledad, enfermedad, vejez y muerte. Conmovido, dejó caer una lágrima y justo donde cayó, creció el arbusto de té: una bebida que proporciona consuelo espiritual a la humanidad.

Pero ¿de dónde proviene su nombre? El término “té” deriva de un dialecto chino amoy, que se pronunca “tai” y se originó de los primeros contactos entre comerciantes holandeses y chinos en el puerto de Amoy, provincia de Fujian.

El té nació en China y se estima que se bebe hace unos cinco mil años. Aunque no hay certeza absoluta de la fecha, se asegura que fue el emperador Sheng Nung quien lo descubrió 2.737 años A.C. El emperador dormía a la sombra de un arbusto, mientras a su lado hervía agua en un recipiente, algunas hojas cayeron casualmente y encontró la infusión deliciosa y estimulante. Los primeros usos del té fueron medicinales y los monjes utilizaban la bebida para mantenerse alerta y espantar el sueño para seguir meditando.

Su expansión se produjo durante la dinastía Tang (618 – 907), cuando el monje budista y escritor Lu Yu recopiló experiencias y conocimiento de sus antepasados en el primer compendio sobre la infusión en el “libro sagrado del té”. En esta época dejó de utilizarse sólo como medicina, y se popularizó su uso por placer.

Historia del té

Más tarde se transmitió a Japón y posteriormente por Mongolia, Turquía y pueblos nómades tibetanos. No está tan claro si fueron los portugueses o los holandeses los primeros en llevar té a Europa, pero se sabe que fue en el siglo XVII y posteriormente, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales monopolizó el mercado en el viejo continente. El resto es historia, su consumo se expandió hasta nuestros días. A Inglaterra llegó de la mano de Catalina de Braganza, después de su matrimonio con Carlos II en 1661.

En 1650 llegó el té a Estados Unidos, cuando el gobernador holandés Peter Stuyvesant envió un cargamento a los colonos de Nueva Amsterdam, hoy Nueva York. El problema era su alto precio, debido a la gran cantidad de impuestos que se le cargaban. A raíz de esto, en 1773 se realizó un motín de té en Boston, que a la larga significó el primer paso en la Guerra por la Independencia de Estados Unidos.

A nuestro país, uno de los que más té consume en el mundo, llegó en el siglo XVIII gracias a los colonos ingleses.

Hoy el té es la bebida más consumida en el mundo después del agua y sin duda parte importante de nuestra cultura. Nosotros simplemente lo amamos.

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