El té y los ingleses: un enlace irrompible

El té y los ingleses

Indudablemente, el té es parte importante de la cultura inglesa, como la reina, James Bond, Los Beatles, Harry Potter y el Big Ben. La costumbre tan arraigada de beber té en Inglaterra se originó en el siglo XVII, primero en los estratos sociales más altos de la sociedad y ya en el siglo XIX se expandió a todas las esferas. En el Reino Unido se toman 60.000 millones de tazas de té al año, esto significa que se toman 900 tazas per cápita.

No podemos dejar de mencionar el rol de Catalina de Braganza, princesa portuguesa que se casó con el rey Carlos II de Inglaterra en 1662. Ella era una gran consumidora de té que lo puso de moda en la corte británica. Posteriormente, en el siglo XIX, la duquesa de Bedford se desmayó y ordenó que le dieran una taza de té que la recompuso. Desde entonces surgió la costumbre, primero entre sus amigos y luego se difundió, de tomar el “afternoon tea”.

La hora del té es de 15 a 17 horas y se acompaña de comida. Entre los acompañamientos dulces destacan pasteles de café y nueces o pastelitos glaseados o los famosos scones, con mermelada. Entre los salados, principalmente se sirven pequeños sándwiches de pan de molde con pepino, huevos y berros, salmón y crema, roastbeef y mostaza o queso y tomate.

Cabe aclarar que Inglaterra no produce la planta de té, pero es el segundo país del mundo que más té consume. Concretamente, lo que más beben es té negro y sus variedades favoritas son el assam, un té de la India con mucho cuerpo y un sabor fuerte, una de las variedades más utilizadas en el desayuno, y el Ceylán, proveniente de Sri Lanka y tiene como sello, que durante su elaboración se enrollan las hojas y se tuestan al carbón.

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