El té y los chilenos
Sin duda, el té es una bebida muy popular entre los chilenos y también alrededor del mundo, ostentando el título del brebaje más consumido, después del agua, tanto en su clásico formato en bolsitas, como los tés en hojas de distintas variedades.
Se dice que el té llegó a nuestro país durante el siglo XVIII, gracias a un marinero inglés que regaló un paquete de té a un vecino en Valparaíso, contándole lo popular que era la bebida en Inglaterra. En esa época, Valparaíso era parada habitual de intercambio comercial y por esos años, Chile era un gran consumidor de yerba mate. Sin embargo, el panorama cambió en 1767, con la creación de un impuesto a esta yerba para costear la construcción del Puente Cal y Canto, el que a la larga hizo que los chilenos fueran cambiando sus costumbres y con el tiempo reemplazaran esa infusión por el té. Las colonias inglesas en Valparaíso y en el norte del país, asociadas a las salitreras, se encargaron de importar y distribuir el té, que poco a poco fue entrando a nuestros hogares, hasta convertirse en una bebida tradicional.
Hoy, Chile es el país latinoamericano que más té consume y según las estadísticas, cada compatriota bebe a lo menos una taza al día, situándonos en el top 14 de los consumidores per cápita más grandes del mundo, con un consumo de 85 litros en 2016, lo que equivale a 428 tazas al año. Ese mismo año, el té representó el 39% del volumen total de ventas de bebidas calientes, mientras que el café sólo un 19%.
Si bien, el consumo tradicional del té en Chile, suele ser como acompañamiento de las comidas a la hora de desayunar o tomar once, cada vez más chilenos están dispuestos a conocer las múltiples mezclas que esta bebida ofrece, combinando las hojas con frutos y especias y disfrutando sus diversos beneficios.